01 - DIVINA PROVIDENCIA

"Providencia de mi Dios,
oh madre que tantas veces he invocado
y a quien he ofrecido, consagrado, entregado esta casa
y cuantos ha reunido en ella tu gracia.

Providencia siempre buena,
tan sabia, tan llena de piedad y amor
para con tus pobres criaturas,
te adoramos, te bendecimos,
nos abandonamos en tus manos sin recerva.

Haz de nosotros todo lo que quieras.
Sólo deseamos cumplir tu voluntad en todo:
en las humillaciones y en las grandezas,
en la pobreza y en la riqueza,
en la salud y en la enfermedad,
en la vida y en la muerte.

Providencia de mi Dios, vela sobre tus hijos,
afiánzanos, dirígenos.
Sé Tú nuestra defensa,
nuestra guía, nuestro consuelo,
nuestra alegría y nuestra esperanza.
¡Dios Sólo en el tiempo!
¡Dios Sólo en la eternidad!
¡Dios Sólo en el día de hoy,
en todo y en cada cosa!
¡Dios Sólo!

23 - QUÉDATE JUNTO A MÍ

Señor Jesús,
de mi cuerpo gastado, sé tú el fortalecedor.
De la noche que cae, sé tú la luz.
De mis sufrimientos, sé tú el consuelo.
De mis faltas pasadas, sé tú el perdón.
De mi soledad, sé tú el compañero.
De mis rebeldías interiores, sé tú la esperanza.
De mi fe, sé tú la fuente.
De mi amor, sé tú el fuego.
De mis insomnios, sé tú la Presencia.
De mi sonrisa, sé tú la dulzura.
De mis encuentros, sé tú la Palabra.
De mis oraciones, sé tú el Bien Amado.

Señor, yo creo que tú eres la Vida
y que has vencido a la muerte.
Ven a llamar a mi puerta.

El día declina y se hace tarde...
¡Quédate junto a mí!

22 - ME ENTREGO A TI, SEÑOR

Señor, Jesús,
te doy mis manos para hacer tu obra.
Te doy mis pies para andar tu camino.
Te doy mis ojos para mirar y ver como Tú miras y ves.
Te doy mi boca para decir tus palabras.
Te doy mi mente para que puedas pensar a través de mí.
Te doy mi espíritu para que puedas orar en mí.
Sobre todo, te doy mi corazón, para que puedas amar en mí
al Padre y a toda la humanidad.

Te doy mi persona, para que puedas crecer en mí,
de manera que seas Tú, Jesús, nuestro Señor,
quien viva y actúe y ore en mí.

Entrego a tu cuidado, Señor y hermano mío,
mi alma y mi cuerpo,
mis oraciones y mis esperanzas,
mi salud y mi trabajo,
mi vida y mi muerte,
mis padres y mi familia,
mis amigos y mis vecinos,
mi país y la humanidad entera,
hoy y siempre. Amén

21 - IMAGEN DE JESUCRISTO

Señor, que puedas encontrar en nosotros
todas las perfecciones de tu Hijo,
que seamos,
en la medida que lo permita la debilidad humana,
revestidos de Jesucristo,
que sigamos a Cristo en todos sus caminos,
que juzguemos todas las cosas como Él las juzga,
que amemos lo que Él ama,
que despreciemos lo que Él desprecia,
que todos nuestros pensamientos
sean conformes a sus pensamientos
y que seamos su imagen viva.

20 - ORACIÓN DEL EDUCADOR

Padre bueno,
quisiera que ensancharas mi alma
hasta el extremo de poder acoger
y educar a esos hijos tuyos
con aquel amor que nos mostraste a través de Jesús
y con aquella ternura que Él mostró hacia los niños.

Cuando se acercan a mí me siento estremecido.
Sus miradas, sus preguntas,
sus inquietudes y deseos son el estímulo más fuerte
para vivir ilusionado esta misión de educar.

Padre bueno,
a pesar de que es una misión difícil,
a pesar del cansancio
y el esfuerzo de comenzar de nuevo
ayúdame a descubrir cada día
la hermosa tarea de ayudar a crecer
a los niños y jóvenes
que tú pones en nuestras manos.

19 - COMPROMISO MISIONERO

Señor, tu voz sigue resonando en nuestros oídos:
"La mies es mucha... pero escasos los obreros..."
"Id y haced discípulos, bautizándoles, enseñándoles..."
"Yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo..."

Confiamos en tu Palabra,
abrimos nuestro corazón a tu llamada
y te suplicamos con confianza:

- Que nuestra comunidad sea misionera
y rechace la tentación de encerrarse en sí misma.
- Que todos los cristianos
participemos en el compromiso misionero.
- Que los llamados especialmente a la vocación misionera
respondan a ella con generosidad.

Te lo pedimos con María, reina de las Misiones. Amén

18 - ORACIÓN POR LA BEATIFICACIÓN (Novena)

¡Oh Dios, nuestro Padre!
Tú has dado a Juan María de la Mennais,
Un corazón generoso y un celo inquebrantable
para dar a conocer y amar a tu Hijo Jesús y su Evangelio.

Concédenos que seamos capaces de construir
Comunidades unidas y fraternas.
Ayúdanos a proponer tu Evangelio a los jóvenes de nuestro tiempo.

Para gloria de tu nombre, haz que la santidad de Juan María de la Mennais
sea reconocida y proclamada por la Iglesia.

Dígnate concedernos, por su intercesión,
la curación de las personas encomendadas a ti.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén

Señor Jesús, glorificad a vuestro Siervo, el Venerable de la Mennais.           

17 - LLAMADOS A LA VIDA CONSAGRADA

 Te bendecimos, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque nos has llamado a la vida consagrada,
a vivir en sobreabundancia de gratuidad y de amor.

Que Jesucristo, tu Hijo Amado, nos enseñe
a ser presencia viva de su modo de existir y de actuar,
para que el amor se convierta en profecía
y en ternura que engende vida nueva.

Espíritu Santo, transfórmanos como María,
en testigos de un mundo nuevo
y danos, por su intercesión, valentía y lucidez. Amén

16 - ORACIÓN POR LAS VOCACIONES

Señor Jesús, hoy sigues llamando a muchos jóvenes,
para que estén contigo y anuncien el evangelio.
Dales la fortaleza y la generosidad
para que se liberen de todas la ataduras que anudan su corazón.

Sé tú mismo, Señor, su libre libertad para que puedan seguirte.
Que todo lo que tienen ahora por ganancia,
al conocerte a ti lo tengan por pérdida.
Que atraídos por ti se animen a venderlo todo,
a darlo a los pobres,
y entreguen su propia vida
en la honda y sencilla alegría de tu pobreza.

Que la esperanza de tu Reino
los seduzca hasta el fondo de su ser,
Que pongan sus pies donde tú pusiste tus pasos,
comulgando con tu vocación y tu destino.
Haz que mañana, como apóstoles humildes,
lleven tu presencia a los hermanos.

Envía, Señor, jóvenes que sean tus testigos.

15 - GRACIAS POR MI VOCACIÓN MENESIANA

Padre bueno,
te doy gracias por la vida, regalo de tu amor.
Haz que la comparta con todos:
con mis hermanos,
con mi familia,
con mis amigos,
tejiendo lazos como lo hizo Jesús.
Envíame tu Espíritu Santo
para descubrir lo que quieres de mí.

Hazme cada día más parecido a tu Hijo:
que sus sentimientos sean mis sentimientos,
que sus pensamientos sean mis pensamientos,
que su proyecto sea mi proyecto,
que ame como Él amó.

Como María, Padre Bueno,
concédenos a todos
un corazón dócil a tu Palabra. Amén

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