Jesús, tú que has dicho:
Dejad que los niños se acerque a mí,
que me has inspirado el deseo de conducirlos a ti,
bendice mi vocación,
ayúdame en mis trabajos,
y derrama sobre mí
el espíritu de fortaleza,
de caridad y de humildad,
para que nada pueda apartarme de tu servicio.