Martes, 06 Febrero 2018 06:00

Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2018

«Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría» (Mt 24, 12)

Queridos hermanos y hermanas:
Una vez más, nos sale al encuentro la Pascua del Señor. Para prepararnos a recibirla, la Providencia de Dios nos ofrece cada año la Cuaresma, «signo sacramental de conversión».

Como todos los años, con este mensaje deseo ayudar a toda la Iglesia a vivir con gozo y con verdad este tiempo de gracia; y lo hago inspirándome en una expresión de Jesús en el Evangelio de Mateo: «Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría» (Mt 24, 12).
Frente a acontecimientos dolorosos, algunos falsos profetas engañarán a mucha gente hasta amenazar con apagar la caridad en los corazones, que es el centro de todo el Evangelio.

- Enfriamiento de la caridad
Lo que apaga la caridad es ante todo la avidez por el dinero, «raíz de todos los males» (I Tm 6, 10); a esta le sigue el rechazo de Dios y, por lo tanto, el que no querer buscar consuelo en Él, prefiriendo quedarnos en nuestra desolación antes que sentirnos confortados por su palabra y sus sacramentos. 

- ¿Qué podemos hacer?
La Iglesia, nuestra madre y maestra, nos ofrece en este tiempo de Cuaresma el dulce remedio de la oración, la limosna y el ayuno.

El hecho de dedicar más tiempo a la oración hace que nuestro corazón descubra las mentiras secretas con las cuales nos engañamos a nosotros mismo, para buscar finalmente el consuelo en Dios. Él es nuestro Padre y desea para nosotros la vida.

El ejercicio de la limosna nos libera de la avidez y nos ayuda a descubrir que el otro es mi hermano y que nunca lo que tengo es solo mío. 

El ayuno, por último, debilita nuestra violencia, nos desarma, y constituye una importante ocasión para crecer. 

- El fuego de la Pascua
Invito especialmente a los miembros de la Iglesia a emprender con celo el camino de la Cuaresma, sostenidos por la limosna, el ayuno y la oración. Si en muchos corazones, a veces, da la impresión de que la caridad se ha apagado, en el corazón de Dios no se apaga. Él siempre nos da una nueva oportunidad para que podamos empezar a amar de nuevo.

Os bendigo de corazón y rezo por vosotros. No os olvidéis de rezar por mí.
                  Francisco
 Vía Ecclesia Digital
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