1. Ya no hay razas, ya no hay color
sólo hay trigo, sólo hay amor.
Y el mismo sol que vemos tú y yo,
es de todos y es de Dios.
Cuando un hombre te dé de comer
y en sus manos agua a beber,
recíbelo; qué importa su piel,
te lo da de buena fe.
TODOS COMEMOS DEL MISMO PAN,
TODOS BUSCAMOS A DIOS
TODOS BEBEMOS EN UN MANANTIAL
Y EL AGUA NO TIENE COLOR. (bis)
2. Cuando el Sol se asoma en el mar,
cuando el hombre empieza a sembrar,
te miro a ti, me miras tú a mí
y bebemos libertad.
Y si buscas techo y hogar,
algún hombre te lo dará:
recíbelo, qué importa su color,
te lo da de corazón.