ESTRELLA Y CAMINO,
PRODIGIO DE AMOR,
DE TU MANO, MADRE,
HALLAMOS A DIOS
Todos los siglos están mirando hacia ti,
todos escuchan tu voz temblando en un sí.
Cielos y tierra se dan en tu corazón
como un abrazo de paz, ternura y perdón.
Tú nos lo diste en Belén, en pobre portal,
en tu regazo le ven el rey y el zagal.
Tú nos lo diste en la cruz, altar de dolor,
muerto en tus brazos está un Dios Redentor.
Toda la Iglesia con fe, eleva un clamor,
puestos los ojos en ti, la Madre de Dios.
Puente y sendero de amor, sublime misión
la de traernos a Dios en tu corazón.