Gracias, Señor,
por sembrar en mí el deseo de superación,
de ir más lejos, de arriesgar para cambiar esto.
Llévame, Señor, a innovar como Tú quieres:
ir donde nadie quiere ir, amar a quien no resulta amable,
cuidar a quien no lo merece, educar a quien ni quiere.
Cuenta conmigo, Señor,
para remar, junto a otros, hacia lo desconocido.
Y cuando llegue la tormenta,
confiar al saberte en la barca, al sentir tu voz: "¿Por qué tenéis miedo?"