Uh, uh...
Me quedé sin voz
con qué cantar;
y mi alma vacía,
dormía en sequedad.
Y pensé para mí
me pondré en sus manos;
manos de Madre,
me dejaré en su amor.
Y TÚ MARÍA, HAZME MÚSICA DE DIOS,
Y TÚ MARÍA, ANIMA TÚ
LAS CUERDAS DE MI ALMA,
¡ALELUYA! ¡AMEN!.
Uh, uh...
María acompaña tú mi caminar;
yo sólo no puedo,
ayúdame a andar.
Y pensé para mí,
me pondré en sus manos;
manos de Madre,
me dejaré en su amor.