20 - ORACIÓN DEL EDUCADOR

Padre bueno,
quisiera que ensancharas mi alma
hasta el extremo de poder acoger
y educar a esos hijos tuyos
con aquel amor que nos mostraste a través de Jesús
y con aquella ternura que Él mostró hacia los niños.

Cuando se acercan a mí me siento estremecido.
Sus miradas, sus preguntas,
sus inquietudes y deseos son el estímulo más fuerte
para vivir ilusionado esta misión de educar.

Padre bueno,
a pesar de que es una misión difícil,
a pesar del cansancio
y el esfuerzo de comenzar de nuevo
ayúdame a descubrir cada día
la hermosa tarea de ayudar a crecer
a los niños y jóvenes
que tú pones en nuestras manos.

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