EN EL TRABAJO DE CADA DÍA
COMO VIVÍAS Y AMABAS TÚ,
QUEREMOS, MADRE, SERVIR AMANDO,
VIVIENDO SIEMPRE JUNTO A JESÚS. (bis)
1. En el silencio de aquella aldea,
la casa humilde de Nazaret.
Se va empapando de tu ternura,
de tu trabajo, de tu amor y fe.
2. Tú te afanabas como mi madre,
en mil trabajos que da un hogar.
Mujer humilde de hermosas manos,
encallecidas, de trabajar.
3. Dios quiso honrarte como a ninguna,
con mil encantos enriquecer.
Te hizo humilde, de gracia llena,
trabajadora, te quiso hacer.