Señor,
hoy, como ayer, llamas a discípulos
y los envías al mundo como mensajeros de paz.
Con alegría, nos entregamos a ti.
Enciende nuestros corazones con tu amor.
Enséñanos a escuchar tu Palabra
y a alimentarnos de ella.
Danos la pasión que llenaba el corazón
de Juan María de la Mennais.
Envíanos, hombres y mujeres con corazón apostólico,
para llevar tu Palabara de vida a los jóvenes.
Envíanos más allá de las fronteras,
como testigos enamorados de tu misión.
Espíritu de amor, llama también a los jóvenes
para que te sigan y sean servidores de los jóvenes.
María humilde sierva del señor,
abierta al gran soplo del Espíritu,
acompáñanos por este camino de luz y de vida.
Amén.